Proyecto de Inversión: Cuestiones a plantearse

JUSTIFICACIÓN DE LA INVERSIÓN

Incluir cada uno de los activos fijos en los que se va invertir (maquinaria, aperos, infraestructura, etc…), poniendo siempre en valor el coste real de la inversión y el porcentaje que se necesita de inversión, considerando que a las entidades financieras no les gusta financiar el 100% de la inversión.

MOTIVO DE LA INVERSIÓN

Hay que explicar el porqué, ya que ayudará a entender la financiación y las necesidades reales de la misma. 

Muchas veces, una inversión incrementa el coste de la venta de la producción (por ejemplo, pasar de un cultivo de almendro tradicional a uno en ecológico) o es fruto de una necesidad (como puede ser que se ha roto una máquina y necesita ser reparada o renovada; en este último caso, salvo que la máquina mejore la eficiencia de la anterior, no estoy mejorando la productividad y sí asumiendo un nuevo gasto). 

INFLUENCIA DE LA INVERSIÓN EN MI EXPLOTACIÓN

Explicar cómo esa inversión puede afectar al resultado del producto final generado es muy importante, pues, igual aporta un valor que puede verse en el corto, medio o largo plazo y es fácilmente demostrable que mejora la situación de partida. Sin embargo, otras veces no es así, sino que, si no se produce la inversión, el producto perderá competitividad y generará un menor beneficio. Ambas posiciones son válidas para explicar la influencia de la esa inversión y conseguir que la entidad la siga financiando.

¿CÓMO VOY A REPAGAR LA NUEVA DEUDA?

Hay que cuantificar lo que actualmente debo y sumarle el nuevo endeudamiento para valorar el coste real que tendré que asumir y ver si con mi situación actual soy capaz de cubrir la deuda o necesitaré que funcione la inversión para poder pagarla. 

Esto lo valora mucho un departamento de riesgos pues las nuevas situaciones crean incertidumbre y la misión de dicho departamento es dejar esa sensación al mínimo posible. 

¿PARA QUÉ NECESITO LA FINANCIACIÓN?

Hay que diferenciar qué es imprescindible y que no para llevar el proyecto a cabo. Esto no quiere decir que haya que recortar, pero sí es importante diferenciar entre lo necesario y lo accesorio.

Otro tema importante es diferenciar entre lo que tiene que ver con la inversión (cuyo periodo de amortización es superior a 3 años, a 5 o más de 10 años) y lo que es necesario en las primeras campañas (que es lo que denominamos el circulante y que puede ser de diversos plazos: desde que se pone en marcha hasta que se recibe la cosecha, 9 meses, 6 meses, etc…u otros más largos hasta un plazo máximo de 3 años). 

En este sentido, si se va adquirir una finca, se puede utilizar la misma como garantía para formalizar una hipoteca, pues su periodo de amortización – el uso que se le podrá dar a la misma – es superior a 10 años y, por tanto, también su financiación puede acometerse en esos plazos, por lo que será necesario una garantía inmobiliaria que, para esos plazos, suele ser un requisito necesario, salvo excepciones como es el uso de una Sociedad de Garantía Recíproca o SGR. 

¿CUÁNTA FINANCIACIÓN NECESITO?

Ya lo hemos comentado varias veces en este apartado, pero es importante recalcarlo: no se negocia la cuantía, pues, un proyecto bien desarrollado ya contempla lo necesario para que el proyecto termine en éxito y, empezar el proyecto con una menor cuantía, aumenta considerablemente la posibilidad de que no sea así, ya que, no pagar en tiempo y forma supone cerrarse posibilidades de financiación, entrar en reestructuraciones, etc… y ya hemos comentado que el historial crediticio es de gran valor para empezar, pero también para desarrollar con los años el proyecto.

En este apartado, tal y como comentamos al inicio, sería recomendable solicitar las ayudas que conceden las Administraciones Públicas. Dichas ayudas pueden llegar a ser hasta de un 65% de la inversión, si bien dependen de la norma que las desarrolle, de la CC.AA., etc… 

Por ejemplo, las AYUDAS A LA INCORPORACIÓN DE JÓVENES AGRICULTORES sí pueden llegar a esos porcentajes siempre que el proyecto tenga lugar en un entorno rural, que esté en riesgo de despoblación, que ayude a la cohesión social, etc…

En cambio, las AYUDAS A LA MODERNIZACIÓN DE EXPLOTACIONES AGRARIAS, que suelen ser de mayor importe, pueden llegar a un máximo del 40% de la inversión total y se suelen utilizar tras las de incorporación para mejorar la explotación iniciada. 

Para percibir la totalidad de estas ayudas se requiere de una inversión y aquí también se puede solicitar el anticipo de las mismas. En este sentido, se suelen utilizar, en función de cómo se perciban las mismas (y es por ello que para hacerlo de forma correcta es aconsejable ir a una entidad especializada en el sector, como puede ser CaixaBank a través de su propuesta de valor, AgroBank),  préstamos cuya amortización coincide con la percepción de las ayudas de manera que el titular de la ayuda no tenga que poner recursos propios para pagar el anticipo. 

“Se suelen utilizar, préstamos cuya amortización coincide con la percepción de las ayudas de manera que el titular de la ayuda no tenga que poner recursos propios para pagar el anticipo”

  • Si se van a percibir en 2 años, pues se pone un préstamo bullet (cuya amortización de capital se hará tras 2 años) a ese plazo. 

  • Si se percibe una parte cada año, pues se hace un préstamo a 5 años cuya amortización de capital coincida con la percepción de dichos cobros. 

Los intereses a veces se cobran por anticipado y otras coinciden con los periodos en los que se amortiza capital, pero esto no es tan importante pues no suelen ser grandes cantidades.

¿CÓMO SERÁ LA FINANCIACIÓN?

Esta cuestión también es muy relevante para no tener retrasos ni impagos. Si la explotación no dará resultados hasta pasado un tiempo, hay que negociar PERIODOS DE CARENCIA, o periodos en los que no se paga capital, para que se empiece a amortizar en el momento en el que tenga ingresos. 

Por ejemplo: 

  • Si pongo una explotación ganadera de carne, hay que ver cuando voy a obtener el cobro de la primera venta, así como su rotación, para poner un periodo de carencia desde que se empieza a construir la explotación, se ingresan las primeras cabezas y se llevan a matadero, etc… para ver cuando realmente puedo empezar a amortizar capital. 

  • Si planto cultivos leñosos, hasta los 3 o 4 años no empiezo a tener una cosecha suficiente para hacer frente a la amortización de capital con el dinero obtenido de la explotación y eso, hoy en día, ocurre en casi todos los casos, pues, ser agricultor o ganadero profesional implica que la mayor parte de los ingresos han de provenir de la explotación, por lo que, no hacerlo de esa manera puede ocasionar problemas, a veces, irreparables.

Otro punto a discutir son los PERIODOS DE AMORTIZACIÓN. Si un ganadero cobra cada 4 meses, el préstamo se habrá de ajustar a dicho periodo y, si es una vez al año, ha de realizar los pagos para su devolución una vez al año.

Otros aspectos importantes en la negociación son los AVALES NECESARIOS PARA OBTENER FINANCIACIÓN (que desarrollaremos en el siguiente apartado) y las condiciones, ya que, el tipo de interés a aplicar en las financiaciones para el sector primario y demás condiciones son mejores que las que se pueden obtener para otros sectores.

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